Nos dirigimos hasta el Minihollywood en la furgoneta del Equipo A, donde somos recibidos con las correspondientes rancheras, la mañana promete. Comprobamos que la caseta de turismo no abre sus puertas hasta las 10 y media, por lo que nos toca sacarle una foto al mapa y empezar a andar.
En los primeros pasos le explicamos a Aa la importancia de los hitos para un buen senderista, así como algunas normas que luego se encarga el de recordarnos (un buen senderista siempre recuerda las
La aventura no termina ahí, una vez en la rambla tenemos que atravesar un cañaveral para llegar al otro lado y seguir la ruta. Recordando que si girábamos a la derecha teníamos que andar por una ladera un tanto peligrosa decidimos tomar el camino que sube a la izquierda y buscar una zona donde pasar. Encontramos un punto donde el cañaveral era mas estrecho, paso yo primero para comprobar el camino, el suelo estaba algo “blandito”, pero prefiero callarme y así que cada uno se lleve la sorpresa una vez dentro. Fijaros en la foto, parece increíble pensar que estamos en el centro del desierto de Tabernas.
Agitados ante la presencia de los vaqueros seguimos la ruta a buen ritmo hasta la primera bifurcación, donde tomamos a la izquierda para seguir subiendo por el cauce del Arroyo del Verdelecho. Llevamos aproximadamente una hora y media de ruta, hacemos el primer alto para recuperar un poco, para hacer unas fotos macro y algunos para sus necesidades.
Allí nadie te pide nada para entrar, pero una vez dentro una mujer pondrá en un dilema a nuestro miembro Aa, un dilema trascendental: “Cual quieres, la verde o la azul, la verde o la azul”, todo ello mientras agitaba graciosamente dos pistolas ante los ojos de Aa, como intentando hipnotizarlo con ese movimiento y sus palabras. Pero Aa no cedió y se mantuvo firme hasta que A intervino y pudo salvar a Aa y sus 10 dolares.
Llegamos a los eucaliptos rojos y disfrutamos con los sándwiches de rigor, los plátanos y alguna barrita energética. Un rato de descanso, llamada a E para decirle que nos encontramos perfectamente y ya empezamos el camino de regreso siguiendo el camino del norte hasta llegar nuevamente a la rambla y seguirla ahora en sentido descendente. Esta parte de la ruta es la mas aburrida y Aa sufre una crisis que nos hace pensar en llevarlo a cuestas. Los bebidas energéticas son muy útiles con moderación pero una lata de golpe puede sentar algo mal, y eso le paso a Aa. Fuimos un trozo del camino a un ritmo menor para intentar que mejorase y vaya si mejoro.
Por supuesto el hito fue encontrado por nuestro equipo, y teniamos una nueva aventura para salir de la rambla, una estructura de madera nos subía hasta el camino que ya nos llevaba de regreso hasta nuestro punto de inicio. Y ahí es donde finalizo esta aventura, como le gusta llamarlas a Aa.