domingo, 21 de septiembre de 2008

Cristo de la Luz 21 Sep 08

Pues no fue hasta el próximo año, solamente fueron 7 días mas y volvemos a realizar la peregrinación a Dalias, eso si esta vez teniamos un motivo especial y era acompañar a Aa en su primera peregrinación, no es mucha distancia pero en este caso se trataba de todo un reto. Hoy también nos acompañan Brrr, P, Crr, JM, M y como no A. Junto con los habituales, G y mi persona. De todos ellos recojo el guante que se lanzo para futuras salidas.

La ruta la empezamos a las 5 pasadas, por lo que era de esperar que nos atrapase la noche en el camino. El recorrido es el mismo que hicimos la semana pasada desde Balerma, por lo que tenemos que seguir el curso de la carretera todo el tiempo. Pero se nota un ambiente distinto a la semana anterior, ya que hoy es “día oficial” de subida y se nota la afluencia de peregrinos. Unos van patrocinados por Quechua (entre los que me encuentro) y parece que van a enfrentarse a la ruta de su vida, otros no van nada preparados (zapatillas de casa y bata de los peos) que parece que lo hacen todos los días después de la novela y luego otros lo hacen descalzos o cumpliendo alguna promesa. Pero entre todos existe el clima cordial que se produce en las peregrinaciones, a veces parece que fuésemos jugando a la “peste” con el resto de peregrinos.


Aa es nuestro protagonista en esta subida y al principio tiene momentos de todos, y es que el principio no fue fácil ya que se tiene que ir muy pendiente de los vehículos. Al cruzar la autovía, una vez realizado el descanso de la gasolinera empieza a recuperarse y nos ofrece su mejor cara, manteniendo un ritmo bueno e incluso abriendo paso en algún momento. La siguiente parada fue en la Ermita de Santa Ana, momento de barritas y algún bocadillo (de todos los tamaños), y a partir de aquí se nos hace mas corto hasta que llegamos a la “carrera oficial”, pero claro, algunos sabíamos donde estaban los atajos. Y el trozo final hasta la carretera decidimos hacerlo campo a través para darle un poco mas de emoción a la cosa (aunque por ello nos perdimos los caramelos y el botijo).

Una vez en la carretera toca sacar los reflectantes, ya esta anocheciendo y va un gentío dirección a Dalias. Tanto que una vez entramos en la muchedumbre el grupo se separa un poco, resulta imposible seguir juntos. Una vez nos cae la noche, Aa empieza a flaquear, pero quien peor lo pasa es A que tenia mucho frío en el cuello, tanto que Aa tiene que hacerle el favor de subirse encima de el para taparlo un poco y que no se resfríe, todo un gesto.

Una vez en la entrada del pueblo toca foto de rigor y hacer los últimos metros, lo hemos logrado, ya hemos llegado a Dalias.

domingo, 14 de septiembre de 2008

De Balerma a Dalias - 14 Sep 08




La primera subida fue con un autentico y genuino espécimen de hombre daliense, el gran Jv. Pero sobre todo la gran novedad fue la incorporación de la próxima “Srta Licenciada”, conocida también como MJ o señora de Jv. Y como no G y mi persona.

Este es el segundo año que subimos y lo hacemos desde Balerma, la ruta como es de esperar no tiene ninguna perdida, todo recto y punto pelota, solamente cuidado con los coches. En cuanto a esfuerzo físico es bastante menos exigente que desde Roquetas, no solamente por ser menos km, también por ser un entorno que no da tanta calor.

La ruta se puede dividir en dos partes, la primera es la que va desde Balerma hasta su unión con la llamada “carrera oficial”, es una zona donde al principio es algo peligrosa por los coches, pero una vez pasado Tarambana ya disminuye el tráfico siendo mucho mas agradable. En medio de esta primera parte tenemos la Ermita de Santa Ana en Cuatro Vientos, primer punto para hacer una parada y reponer fuerzas. A continuación viene la única parte con subida, que se hace como si nada, y ya nos juntamos con la carrera oficial.

Este último tramo son 4 km, que se nos pasaron volando. Ya entrando en Dalias empezó a anochecer, por lo que sacamos los chalecos. Al llegar a la plaza nos sorprendió mucho la entrada que vivimos, ya que al ver la puerta de la iglesia empezaron a sonar todas las campanas, y nos hizo vivir un momento agradable pensando que sonaban para recibir a estos cuatro peregrinos. Para nosotros así fue.

Hasta el próximo año.