domingo, 12 de octubre de 2008

Amoladeras 12 Oct 08


Un domingo cualquiera, sin una ruta programada pero con ganas de salir a andar un rato. Así que la noche antes decidimos ir a las amoladeras a dar un paseo, e incluso planeamos ir después al Cabo para completar el día andando por allí. Y cual es nuestra sorpresa que nos encontramos una ruta preciosa, muy recomendable.

En el cartel de salida vemos que solamente son 5,5 Km de ruta, lo cual en principio nos parece algo corta y pensamos que vamos a terminar pronto. Se sale desde la parte de atrás del Centro de Visitantes de las Amoladeras, una vereda casi de arena que va entre las primeras pitas. Al principio muy contentos de lo que estábamos viendo y disfrutamos haciendo fotos. Al poco de salir la ruta se vuelve casi imperceptible y es el momento en que te das cuenta de donde estas, rodeado de pitas que tienen un color verde que es espectacular, que forman un paisaje lleno de encanto que hará las delicias de cualquier aficionado a la fotografía. En el primer trozo que comprende hasta que tienes que cruzar la carretera puedes observar toda la flora que vas a encontrar en ruta, por lo que sirve de acercamiento a las especies de esta zona tan peculiar.

Al cruzar la carretera se sigue por un camino mas marcado que discurre bordeando las pitas, poco a poco vas ganando altura y se empieza a formar una imagen fabulosa, con el bosque de pitas, todas tendidas por el viento de levante y el mar de fondo. Se continua el camino hasta llegar a una estación meteorológica, donde tomamos ya una carretera asfaltada que parece ya el final de la ruta y que nos devuelve a la carretera principal. Ahí tenemos que volver a cruzarla y entrar en el parking de la Casa Rural Las Amoladeras, al final del parking volvemos a encontrarnos con un camino que se adentra en las pitas, volvemos a estar en medio de un paisaje único. Al llegar a un cruce tomamos dirección al Centro de Visitantes, aunque existe la opción de seguir recto y llegar hasta la playa, con el inconveniente de que tienes que regresar por el mismo camino. Así que decidimos tomar el desvío, y poco a poco empezamos a ver conejos saltar ante nuestra presencia, el entorno nos ofrece imágenes que espero trasmitir con las fotos. Fueron incontables el número de conejos que pudimos ver, ya que se notaba que habíamos entrado en una zona muy tranquila y que apenas se había alterado la ruta para hacerla mas atractiva. Tanto que en algunos momentos es difícil saber por donde continua el sendero. Todo esto te hace caminar en silencio, gozando de la experiencia y del paseo tan bonito que hemos dado.

No hay comentarios: